Primera derrota del Deportivo Coreano

Con una sólida actuación y siendo muy superior, Villa logró su primera victoria
La ventaja de un gol no refleja la clara superioridad ejercida ante un pálido Coreano

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Apareció el Villa del Parque que quería ver la ciudad en este Argentino "B".
Con temperamento, convicción y momentos de muy buen fútbol, le ganó claramente en la cancha, ajustadamente en los guarismos, por 1 a 0 al Deportivo Coreano de Lobos, en el adelanto de la sexta fecha del Torneo Argentino "B". Para sintetizar lo que pasó ayer en el "Panamericano", si ésto hubiera sido un combate de box, los jurados le habrían dado una abrumadora ventaja al equipo de Squadrone-Casais. Pero es fútbol, y como las situaciones no solo hay que generarlas, sino que también se deben convertir, Villa terminó sufriendo hasta el esperado pitazo final del tandilense Baliño, para darle rienda suelta a su alegría.
Un equipo tocado en su amor propio
Desde el comienzo nomás se vio otro Villa. Convencido de lo que quería, concentrado y solidario, el equipo de nuestro medio no lo dejó pensar en ningún momento a este equipo de Lobos, que venía con muy buenas referencias, pero que ayer demostró poco y nada en su excursión por Necochea. Fue un acierto la inclusión de Colella por la banda derecha, ya que le aportó al equipo disciplina táctica y sacrificio, al igual que Elía por el otro andarivel, muy importante en el juego aéreo. Como Espende se volvió a "comer" la cancha, el equipo dueño de casa edificaba en ese sector de la cancha un claro predominio, que luego la velocidad de Lastagaray y Telechea lo convertían en una pesadilla para los dubitativos zagueros de la visita.

De tanto ir y buscar, llegó el esperado gol
El partido fue un monólogo de Villa. La cancha literalmente se inclinó hacia la valla del arquero Barrios, quien le sacó una tremenda pelota del ángulo a Espende, y luego se fue convirtiendo en un candado para las aspiraciones locales, al taparle netos tiros de gol a Lastagaray, Espende y Telechea. En medio de todo eso, un claro penal a Telechea ignorado por Baliño, tras un fantástico pase de Palacio desde más de cuarenta metros, una gran jugada colectiva que inició Telechea, centro atrás de Ortiz y cabezazo de Gorozo en el ángulo y otra jugada muy discutida en perjuicio de Telechea, que pareció falta de Brahim dentro del área. Después de tantas ocasiones malogradas y cuando parecía que el cero era un castigo demasiado injusto para el equipo que había sido netamente superior, enésimo pique de Telechea, infracción dudosa de Lescano que el árbitro entendió como penal, que con autoridad y eficacia, Evangelisti transformó en gol.

Solamente faltó decorar el resultado
En el segundo tiempo y cuando parecía que Coreano iba a salir un poco de este letargo y de esta siesta sabatina, fue todo lo contrario. Villa, lejos de distenderse, metió presión y siguió estando muchísimo más cerca del segundo gol que de un hipotético empate rival. Creció la figura de Lastagaray, imparable por derecha, y un par de centros cruzaron el área sin que Gorozo pudiera capitalizarlos. Tuvo varias muy clara el equipo de la dupla para rubricar el partido, pero la más clara, fue tras una gran jugada de Telechea, sacándose tres rivales de encima, remate y rebote en Barrios que Gorozo no pudo capitalizar porque la pelota le pasó entre las piernas. Los cambios llegaron en el último cuarto de hora para darle más aire al final, pero paradójicamente de una salida en falso de Alba, nació un rebote y un posterior tiro desde lejos de Ríos Amicuzzi que pegó en la base del palo y se fue afuera. El final trajo la sensación de alivio que tanto se necesitaba. Y nunca más justo que en esta ocasión. El equipo no solamente se rehabilitó, sino que dejó una imagen esperanzadora para lo que se avecina. Ojo, a no entrar en extremos, ni un desastre en Tandil, ni unos fenómenos ahora. Lo concreto, es que Villa por lo demostrado ayer está en la buena senda, ganó con mucha autoridad, y se sacó en 90 minutos un montón de fantasmas que lo venían persiguiendo. Ahora será cuestión de mantener esto, pero con mucha tranquilidad y sin presiones. Lo de ayer fue,. indudablemente, un gran paso adelante para el fútbol necochense, y una señal de respeto para los rivales que se avecinan, que mirarán con otros ojos al equipo que pacientemente están modelando Squadrone y Casais.